martes, 24 de diciembre de 2013

LA FRUTA ESCARCHADA ES RONALDINHO.

Algo trama para ser siempre la última.

Andaba yo pensando que la fruta escarchada es una mierda, y de repente me he acordado de Ronaldinho.

A priori la relación puede sonar disparatada, pero está más justificada. 
Cuando se está de vacaciones se tiene mucho tiempo libre, a veces más del que a uno le gustaría. Y a mí me ha dado por pensar qué cojones tramará la fruta escarchada. Por qué siempre se queda en la bandeja de los turrones la última, incluso por detrás del turrón duro y las peladillas.  Porqué no sale la primera de todas como hace el Suchard.

Estaba yo inmerso en estas reflexiones filosóficas cuando ha venido a mi mente Ronaldo de Assis Moreira, Ronaldinho Gaúcho. Esa maravilla de futbolista venida a menos que jugó en el Barça. Fue el mejor hasta que se dejó arrastrar por un bucle de mujeres guapas y fiesta, ya veis, a quién se le ocurre.

Y es que Ronaldinho, como la fruta escarchada, además de ser los dos marrones - que lo son- tenía la costumbre de quedarse el último en el autobús antes de un partido importante, y también de quedarse el último en el vestuario antes de saltar al campo. Exactamente igual que hace la fruta escarchada en la bandeja de los dulces.

Es ahí cuando de pronto han empezado a llenar mis pensamientos otro montón de hipótesis: ¿y si existió una Navidad donde la fruta escarchada fue la Ronaldinho de los dulces? La Ronaldinho bueno, me refiero, haciendo eslásticas y cabriolas sobre las papilas de toda la familia. ¿Y si hubo un día que la fruta escachada levantó los aplausos del Bernabéu de los paladares más selectos, donde abuelos y nietos pelearon por el último envoltorio multicolor de la bandeja?

O quizá no, quién sabe, quizá sea sólo que me aburro. Quizá  esta noche todo vuelva a la normalidad y sigamos peleándonos por el turrón de Suchard (que es Messi).


viernes, 20 de diciembre de 2013

CAUTION!

De haber tenido gracia, este dibujo pudo haberla tenido hace 20 años. Y tampoco.

martes, 17 de diciembre de 2013

DE MADRID, AL PUEBLO.



AQUÍ, EN MADRID. Pocas frases resultan tan lapidarias en boca de un madrileño, ellos, tan acostumbrados a invadir la España de provincias en cuanto les sueltan la correa.

Y es que en estas fechas en las que uno parece que se vuelve un poco más sentimental, hay una frase en especial que me parte el corazón en mil pedazos. Es cuando le preguntas a un compañero del curro (también vale con uno de la uni) ¿dónde pasas la navidad? Y te responde con un puchero subliminal que te sobrecoge alma: nah, aquí, en Madrid.

Hoy vamos a poner las cartas sobre la mesa, qué digo cartas, las azadillas sobre la mesa. Porque por fin vamos a hablar DEL PUEBLO.
Pero no de un pueblo en concreto, que lo tenemos, sino del pueblo como concepto, ojo. De ese lugar donde los pubertosos de capital dicen a sus pubertosos compañeros de instituto que tienen la novia. Ésta, sin un mísero grano, claro.

Ay amigo, que en Navidad el que es de Madrid es de Madrid, y la familia aunque no sea de Madrid ha vivido toda la vida en Madrid, y la navidad, por mucho que no quieras, la pasas en Madrid. Y punto.

Es en ocasiones como esta, cuando un madrileño te suplica con la mirada un rescate, es donde se abre el debate, ¿es mejor ser de Madrid, o de fuera?*

Habrá madrileños que se atasquen con la respuesta y digan que lo mejor es ser de Madrid porque Madrid es Madrid, lógico. Pero no saben que lo mejor es ser de fuera y venir a Madrid. Vamos, que no hay debate. Pero al que quiera pelea le espero al final del post.

*Y el debate sólo lo abrimos con Madrid porque huelga decir que entre vivir en cualquier otra ciudad o ser de pueblo, siempre es mejor ser de pueblo.

Y si hay algún atrevido que quiera discutir sobre el tema, me sobra un argumento, la madre del cordero, cordero asado en horno de leña y cazuela de barro con agua, manteca, una pizca de sal y nada más, como en el pueblo. Pues eso, y ese argumento es: LA INFANCIA.

Creedme, esta etapa no admite discusión, la infancia es infinitamente mejor en un sitio pequeño que en una ciudad grande.
Hay cosas que uno hace de niño por la calle que nunca las va a hacer un crío de ciudad. Y no daré detalles porque no sé cómo está ahora el código penal o si las cosas prescriben. Pero vosotros me entendéis. Por ejemplo, todo niño tiene la obligación de ser artificiero al menos una tarde en su vida. Por mucha Play y mucho gráfico realista, el fuego siempre será el fuego.

Es cierto que muchos de ciudad han pasado temporadas en el pueblo de los abuelos y tal, pero eso es como cuando Ramoncín se tiraba de espontáneo, mira no.
Otros te dirán que ellos de pequeños en la urba que si tal y cual, pero tampoco.    
Para ser niño de verdad tienes que poder peinar todo el terreno, de punta a punta, explotar todas las posibilidades que te ofrecen el pueblo y sus alrededores. Saber que no hay más, que ya has puteado todo lo puteable.

Ahora, otra cosa es dónde es mejor pasar la juventud. Como en algunas tribus cuando los adultos llevan a los jóvenes a cazar como paso de la niñez a la vida adulta, en los pueblos ese paso suele estar ligado con marchar a la universidad. Que bien mirado, tiene mucho que ver con la caza también, pero ese es otro tema.     

Uno, cuando desembarca en la gran ciudad y viene de un pueblo o ciudad pequeña de provincias, hace su entrada triunfal a lo Paco Martínez Soria, cesta de mimbre y gallina en mano, y un par de morcillas que te mete tu madre en la maleta porque su instinto sobreprotector le dice que en Madrid no venden comida.
El caso es que no eres recibido en honor de multitudes, nadie tira pétalos de rosa a tu paso, ni te miran, en los pueblos se mira mucho, demasiado a veces.
Generalmente tu primer contacto con la gran urbe es en lo más profundo, en el metro. Dicen que para saborear el éxito hay que empezar desde abajo, pues literal.

Uno de pueblo en los madriles.
Sin saber bien cómo, te encuentras arrastrando la maleta por esos pasillos laberínticos, perdido, preguntándote si habrá algo ahí arriba o es que Madrid es todo así. Hasta que por la gracia de la patrona del pueblo o qué sé yo, el caso es que de repente aciertas a salir a la superficie.

La calle en Madrid está llena de gente, como un pueblo pequeño  a la hora de ir a por el pan, pero 24 horas, como si compraran pan todo el día. Como he dicho antes, en los pueblos se mira mucho, a la gente de provincias se nos puede reconocer porque vamos mirando a la cara a todo el mundo, como si fueras a conocerlos a todos. Yo creo que es algo innato, o genético incluso, es algo que sigo haciendo después de 10 años.

Una vez en la superficie, todo es diferente, la gente habla diferente, viste diferente, come diferente, y hasta las discotecas se llaman diferente ¡cada día!
Para suavizar los efectos del shock de venir a vivir a Madrid, conviene, durante la niñez, dejar de hacer putadas al menos en Navidad, y pasar el día en Madrid, aunque sea para ver Cortilandia y comprar una oveja para el belén en la plaza mayor. Los de pueblo, con toda la imagen de borricos que se nos achaca, somos como delicados pececillos multicolor que sufrimos con los cambios drásticos, conviene cambiarnos de agua poco a poco.

El caso es que tras el periodo de adaptación, tienen que pasar al menos 3-4 años para que uno de pueblo pase totalmente desapercibido en la ciudad. Uno empieza a disfrutar totalmente de la capital como un urbanita más, y la gallina y la cesta se dejan en casa. Incluso puede llegar a vivir en Malasaña, que eso es ya la cuadratura del círculo. Un barrio que es como un pueblo en el que estoy seguro que la mayoría de gente vienen del pueblo pero todos parecen de Madrid.

A todos nos encanta Madrid y a todos nos flipa Malasaña, pero no hay nada como poder ir al pueblo, donde los que llevan franela la llevan de toda la vida, los que van en bicicleta llevan atada atrás la caja con la azadilla y las cebollas, y los chatos de vino se pagan a precio de chato.

martes, 10 de diciembre de 2013

NO HAS TENIDO INFANCIA SI NO...



Un día estás tranquilamente vagueando por internet en horario laboral, haciendo un poco de spam mientras buscas cómo ganar la lotería y, de repente, recibes un email diciéndote que "si no has hecho tal cosa o la otra, entonces no has tenido infancia". Un email que viene diciendo “No has tenido infancia si no has hecho lo que yo he hecho en mi infancia”. ¡Y PUNTO! Pero ¿esto será cierto? ¿Se puede no tener infancia? ¿Está clínicamente probado? No te fíes de tu servidor de correo electrónico, y haz caso de los siguientes puntos que te serán útiles para saber si tuviste infancia o no.

1- Si no has jugado a las barriguitas, viendo como iban creciendo y creciendo las tuyas y las de tus hermanos hasta que llegaron los servicios sociales y a tus padres les quitaron vuestra custodia por sobrealimentación, entonces no has disfrutado para nada tus tiempos de infante.

2- No has tenido infancia si eres Benjamin Button. Ya sabéis, el tío de la película esa que iba de viejo a joven, un caso curioso. AVISO, si eres Benjamin Button y ya has tenido infancia, lo siento, la vas a palmar pronto.

3- A todo niño le gusta jugar con el balón en verano. No has tenido infancia si no has dedicado todo un verano a trabajar en Taiwan cosiendo balones esclavizado para una multinacional. ¡Que recuerdos de la fábrica me trae el olor a cuero!

4- Si viajas al pasado a una época en la que no has nacido todavía, entonces no habrás tenido infancia, todavía, al menos en esa línea temporal (creo). Si estás allí haz el favor de no matar a ninguno de tus abuelos, ni de enrollarte con tu madre, pervertido.

5- Hay gente que no nace, si no que se hace. Si esa gente se ha hecho con más de 12 años, entonces no han tenido infancia.

6- No has tenido infancia si no madrugabas para ver los dibujos. Si, esos dibujos tan raros que te enseñaba el psicólogo al que te llevaba tu madre tan temprano antes de ir al colegio. Las manchas de Rorschach, ains… ¡qué tiempos tan felices!
 

Niños pixelados jugando con un balón fabricado por otro niño.
 7- Todo niño que se precie está fijando un precio por si mismo, lo que le convierte en un especulador del mercado, y eso no es tener infancia.  

8- Si jugaste a piedra, papel o tijera, pero con objetos de verdad, entonces no habrás tenido infancia al pasarte ese periodo de tu vida en el correccional por cortarle la mano a un amigo que sostenía una piedra.

9-     ¿Eres el rey don Juan Carlos I? ¿No? Pues entonces no has tenido infanta, y mejor para ti, aunque creo que este punto no venía al caso.  

10- Puede que tuvieras infancia al no ir a buscar a tus padres a la salida de prisión tras tres años en la cárcel por sobrealimentarte, pero eso te convierte en un hijo horrible, maldito gordo.

11- Es probable que no hayas tenido infancia si alguien muy, pero que muy listo te dice que no has tenido infancia. No sé, si es tan listo, tendrá razón, digo yo.

12- Si te pegaban en el colegio entonces ¡Enhorabuena! has tenido infancia, aunque puede que un poco traumática y tengas que volver a que te enseñen las manchas de Rorschach.

13- No has tenido infancia si no has jugado a juegos de mesa en vez de contratar a un abogado para sacar a tus padres de la cárcel, mal hijo.

14- Si estuviste en la guerra civil entonces has tenido infancia, probablemente antes de la guerra, lo que pasa que hace ya mucho y probablemente ni te acuerdes.

15- Si no has estado nunca en un campamento ya puedes empezar a sentir envidia de los niños refugiados de todo el mundo, ellos si que... Bueno, no.

Básicamente, se puede concluir que si no eres Macaulay Culkin entonces habrás disfrutado de una feliz infancia, y también que no debes enojarte porque tus padres te hayan desheredado, al fin y al cabo qué esperabas después de estar tres años encerrados, gordito.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

CÓMO GANAR LA LOTERÍA DE NAVIDAD



Décimo de lotería de navidad modificado sofisticadamente para que la gente no compre el mismo número.
A veces, en la vida de todo ser humano, llega esa época del año que algunos llaman diciembre y en la que hace bastante frío (no en el hemisferio sur, tiquismiquis). Los villancicos empiezan a sonar en el supermercado, el cual desborda cantidades de turrones y otros clásicos navideños como las ganas de destrozar la maldita megafonía del supermercado. Todo indica la llegada de LA NAVIDAD. Y la navidad, que en inglés significa “padre navi” (será el patrón de la marina, yo que sé), está fuertemente arraigada al sentimiento del amor… por el dinero. Exacto, la navidad no es más que una excusa para hacernos ricos jugando a la lotería de navidad. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que no todo el mundo gana el gordo de navidad, y como eso es una injusticia, a continuación se van a explicar algunos métodos y formas de ganar el gordo de navidad:


1- ¿Estás en un bar? Compra lotería del bar ¿Estás en la carnicería? Compra lotería de la carnicería. ¿No tienen lotería en la carnicería? Pues al bar. Compra lotería de todos los bares posibles, porque el protocolo dice que debes hacer una consumición mínima por décimo así que si no toca, por lo menos te vuelves medio borracho a casa. Hipertensos abstenerse de comprar lotería y pedir café.

2-  Un truco muy interesante es el de comprar un décimo y plantarlo en la tierra. Riégalo un par de veces a la semana y con el tiempo crecerá un árbol con más de quince décimos con premio. Procura comprar el décimo suficientemente pronto para que crezca con tiempo.

3- ¿Sabías que el estado le regala a la familia Real todas las series del número "00000"? Menuda chorrada ¿verdad? ¡NO! Debes hacerte con ese número, siempre toca, o ¿acaso no es esa la razón por la que tienen tanto dinero los reyes?

4-  No rechaces ninguna lotería que te ofrezcan. “¡Oh no! ¿por qué rechazaría aquella participación que me ofrecieron?” ¿De verdad quieres ser tú quién acabe diciendo eso? Pues da igual que te ofrezcan una participación de medio euro con nueve y medio de recargo a favor de los niños pobres del que te la vende ¡COMPRA!

5- Soborna a un niño de San Ildefonso. Bajo esos bonitos trajes infantiles laten verdaderos corazones corruptos. Si consigues embaucar a uno de esos niños, da por seguro tu premio. ADVERTENCIA, sobornar a esos niños es caro.

6- Compra todos los números. Es un método bastante eficaz, resultados 100% garantizados, pero es un poco coñazo tener que ir recorriendo toda España en busca de todos los décimos, por no hablar de lo complicado que es conseguir el décimo de la familia Real ("00000"). Método no recomendado para vagos ni monárquicos. 

7- Un método que se considera infalible es jugar un décimo de lotería con la fecha de tu cumpleaños.  El problema es que los décimos de lotería constan de 5 números, y claro ¿Cómo escribes tu cumpleaños con 5 números? ¿Incluyes el año? ¿Cuándo añades ceros? Muchas preguntas para un método que no acabo de recomendar por el hecho de que, por desgracia, la gente no suele nacer el mismo día, y eso complica que te toque la lotería a la vez que a tu hermano (si tu hermano es gemelo olvida esta última parte).

8- "A mí todos los años me toca lo echado, porque no compro". FRACASADO. Al que diga eso ni te acerques, que te gafa.

9- Aunque no te sirva para ganar el gordo, aprovecha la excusa de ir a comprar lotería para lo que puedas ¿Tu pareja te encuentra en un burdel? “Cariño, sólo he venido a comprar lotería”, y problema resuelto antes de que empieces a pensar por qué tu pareja también ha ido allí (seguramente a por lotería).

10- El vudú, la santería, la Torah, nada de eso. El único ritual válido en materia lotera es meter todos tus décimos en el congelador con una figurita de San Pancracio mientras llevas unas bragas rojas. Acto seguido debes andar 13 kilómetros en línea recta a la pata coja y arrancarte 617 pelos de la cabeza uno a uno mientras recitas el Cantar de mio Cid (lo siento calvos, no hay premio para vosotros). Aprovecha la visita al congelador para sacar algo para la cena.

11- Viaja al futuro. Si viajas al futuro puedes mirar el número de la lotería que va a tocar (ojo, una vez que estés en el futuro no es "el que va a tocar", es "el que ha tocado"). Una cosa que recomiendo después de viajar al futuro a ver el número, es volver al presente. Procura no llegar tarde al presente para poder comprar el décimo a tiempo.

12- Utiliza la fecha de tu aniversario. Multiplica el mes por siete, súmale el día divido por 3 y ¿No tienes pareja? Patético ¿Con esa actitud esperas ganar la lotería? Sal a la calle a buscar a alguien, venga.

Niños, niños (sobornables), futuro, futuro (el tuyo con el dinero).
13- ¿Ya tienes pareja? Bien, gana la lotería y así podrás cortar con tu pareja. Vamos, sal a la calle ya a conocer a otra persona o algo.

14- Pasa tu décimo por la joroba de un jorobado. Esto no es tan sencillo, últimamente ya no se ven tantos jorobados. Un consejo: Asegúrate de que el jorobado no es más fuerte que tú.

15- No olvides comprar lotería cuando viajes a cualquier parte. Y si viajas al extranjero pregunta a los lugareños si allí venden lotería. Es muy duro ver el día del sorteo que la lotería ha tocado en un sitio en el que has estado y no compraste: “¡HA TOCADO EN MADRID! JODER, y yo pasé por Madrid en septiembre para ir a Toledo y no compré, seré idiota

16- Pedir que te toque el gordo a una estrella fugaz suele funcionar. En este caso sería útil estudiar una carrera técnica, realizar un doctorado en astro-física, y, tras años de estudio, ser capaz de predecir cuando va a aparecer una estrella fugaz y poder ganar la lotería y así acabar con esa sensación de que has desperdiciado tu vida.

17- Lo que no falla nunca para ganar el gordo es leer todos los posts de este blog… ¿Cuela?

18- Pídele un décimo a Carlos Fabra.

19- Coge tu nombre y a cada letra asígnala un número según la posición que ocupa en el abecedario y… ¡Bah! muy complicado, olvida esto.

20- Escribe en negrita. Escribir en cursiva da mala suerte. Además es bueno evitar el uso de fuentes tipográficas como Comic Sans, no es que den mala suerte, pero por lo visto no son muy profesionales.

Una vez te haya tocado la lotería (ENHORABUENA) no olvides despedirte del trabajo ¿No tienes trabajo? Entonces ¿para qué quieres el dinero de la lotería? Ah, claro, parece lógico. Si no te ha tocado el gordo ni aún con estos trucos, procede a hacer un pequeño boquete en una pared de casa y rellénale con décimos de lotería, por lo menos el sorteo te habrá sido útil para eso de tapar agujeros.

domingo, 24 de noviembre de 2013

FRANK ZAPPA TAZO

ADVERTENCIA: Aún sabiendo quién era Frank Zappa, y también lo que era un tazo, esta imagen de un zapatazo no tiene por qué resultar graciosa.




miércoles, 13 de noviembre de 2013

ENTREVISTA A JOHN LENNON

Después de entrevistar la semana pasada a Mick Jagger, hemos decidido entrevistar ésta a uno de los más famosos componentes de "The Beatles": al mismísimo John Lennon. Por eso de ¿Los Rolling o los Beatles? Bien, pues animados con la idea nos hemos dirigido a Central Park en Nueva York para hablar con John y ¡SORPRESA! resulta que está muerto.
Maldición, el viaje a Nueva York nos ha salido por un pico y creo que nos hemos quedado sin presupuesto para entrevistas durante los próximos tres años (Me ha parecido oír a alguien gritar ¡BIEN!). Bueno, nos tomamos un buen café, un par de torreznos y ¿¡COMO QUE NO TIENEN TORREZNOS!? En fin, visitamos la estatua de la libertad y nos volvemos a nuestro pueblo con la lección aprendida de que hay que buscar información actual de la gente a la que se quiere entrevistar.

ROBERTO 1 (R1): Oye ¿y sí invocamos al espíritu de Lennon para hacer la entrevista?
ROBERTO 2 (R2): Eso es una idea cojonuda.
CRISTIANO (CR7): ¡Hasta luego chicos!
R1: Hasta luego Cris. Tío, todavía no me creo que hayamos venido en el vuelo desde Nueva York sentados con Cristiano.
R2: Sí, bueno, a lo que íbamos ¿Y cómo invocamos a Lennon?
R1: No sé, en la entrevista a Jagger ponía algo de que sabíamos santería papiroflexia y vudú ¿no podemos utilizar esos conocimientos para hablar con Lennon?
R2: ¡CIERTO!

(Aquí comenzamos a hacer un ritual con pajaritas de papel para invocar a Lennon).

Bigote de mariachi
R1: Jooooohn ¡manifiéstate!
JOHN LENNON (JL): Hola chicos.
R2: ¡Hostias! Sí sabes español John.
JL: Sí, es que estuve un verano en Almería, de campamento y eso ¿No habeis visto la película de David Trueba "Vivir es fácil con los ojos cerrados"?
R1: No, y no nos pagan por promocionarla. Habrá que borrar esa respuesta en post-producción.
R2: A ver, a ver ¿Es cierto que estás muerto Johny?
JL: Sí, y me llamo John.
R1: Jeje.
JL: ¿Y tú de qué te ríes?
R1: Es que eres "JL", jeje, hay un burdel cerca de mi pueblo que se llama igual.
JL: ¿Para eso me habéis invocado?
R2: No, pero... ¿Te hacen mucho la gracia de "John Lenin"?
JL: Bufff, constantemente, en el limbo se lleva mucho el humor sobre comunistas. También me dicen mucho que beba "Beatle kas".
R1: ¿Entonces no fuiste al cielo si no que estás en el limbo?
JL: No, estoy en el cielo, tengo contactos ¿sabes? lo que pasa es que jugamos mucho al limbo allí y es donde me hacen las bromas.
R2: Eres un cachondo John.
R1: ¿Eres más de los Beatles o de los Rolling?
JL: De los Beatles.
R1: Lógico.
R2: Dinos John ¿Quién es más feo Ringo Starr o Mick Jagger?
JL: Tíos, que yo salía con Yoko Ono, que cojones voy a saber sobre belleza.
R2: Pues también es verdad.
R2D2: Bip bip.
R1: La gente dice que eras un machista, borracho y que pegabas a las mujeres, entonces ¿es cierto que Paul McCartney está muerto?
JL: Pues claro que sí ¿No visteis la cantidad de pistas que os dejamos si escuchabas los discos al revés? Eso hizo que el grupo acabara disolviéndose, yo no soportaba al tío que le sustituyó.
R2: Me gusta mucho una canción suya: imagine.
JL: No sé ¿All You Need is Love?
R2: ¡Imagine!
JL: Ya le he dicho que no se me ocurre ¿Strawberry Fields?
R1: ¿Strawberry Fields?
JL: Forever.
R1: and ever?
JL: with Adán.
R1: Menos mal que estás muerto, que si no te mataba yo ahora por decir eso.
JL: Ya, perdona.
R2: Mira John, ya si eso te llamamos otro día para echar un café o algo, pero casi que ya lo dejamos por ahora eh, majo.
JL: De acuerdo. Decidle a Yoko que aquí la espero.
R1: Hasta luego John.

La hora de la siesta, eso lo aprendió Lennon en Almería.

viernes, 8 de noviembre de 2013

LAS OTRAS CHICAS DE LAS SERIES

Niños, el tema de hoy: Series y chicas.
Quitando el fútbol y los torreznos, pocas cosas hay mejores  en esta vida, ni en la otra.
Pero no queremos hablar de esas mujeres protagonistas, personajes con una evolución vertiginosa (anagnórisis que se dice en el mundillo. Uno tiene estudios) como Skyler, una mujer que pasa de abnegada madre a cómplice de narcotráfico, ni de una secretaria convertida en directora creativa como Peggy Olson, ni de Topanga, oh, Topanga, ni de Diana la de V, que nos tenía a todos locos, cómo no, ¡esa mujer comía ratas vivas!

Vamos a hablar de las otras chicas de las series, de las que no salen en los créditos, ni siquiera en la ventana de reproducción, que están ahí, en un ladillo. Hablamos de LAS FEAS (ojo, que lo dicen ellas).


















Hablamos de esas muchachas, por lo visto poco agraciadas pero con tanta iniciativa, que antes de que hayas empezado a ver el capítulo ya se te han despelotado, así, sin cenar ni nada, con el estómago vacío sospecho. De ahí que tengan tanto hambre y se quieran llevar a la boca lo primero que pillen. 
Eh, que para mí es encomiable ese espíritu emprendedor, todo un ejemplo, aunque vayan en pelotas, sí. Todos nos podemos imaginar la calufa que tiene que hacer dentro de un banner.

Estoy sudando tanto por el calorazo que hace aquí dentro.















Pero dejémonos de rollos y procedamos a las presentaciones: esta es Carmen.

Hola-hola, un-dos-tres, soy Carmen.












Obviamente no sé cómo se llama, pero yo le llamo Carmen porque ya es como de la familia. Y aunque la zagala vaya en porretas y se las coma dobladas, le he puesto como mi Abuela, sí, Carmen, para quitarle ese aire de lascivia desesperada. Hasta donde yo sé, las Carmen son chicas decentes, de moral respetable, o al menos mi abuela lo era, mucho, muchísimo, que engendró 5 chiquillos con la luz apagada.
Pues bien, Carmen y sus vecinas viven en banners, y mientras no las vemos supongo que harán cosas de vecinas: prestarse la sal, la leche, huevos y poner a parir a la que falta. Lo normal. Incluso hay alguna más madurita que tiene pinta de hacer unas comidas buenísimas, de esas que estás en el rellano y dices –huele a comida- pero no te jode. Entiéndase comida por guiso, que siempre estáis con lo mismo.

El caso es que ellas están tan entretenidas con sus quehaceres diarios hasta que les debe sonar una alarma o algo así. Yo lo imagino como una de esas sirenas ensordecedoras que anunciaban bombardeos del bando nacional en el Madrid de La Guerra. Pero ellas, en vez de correr y esconderse en el metro, se despelotan, se arrodillan, y al turrón.

Poco les importa que te mueras de ganas de ver el final de Breaking Bad o la nueva temporada de Boardwalk Empire, están ahí agazapadas esperando a que le des a Cargar Capítulo para proponerte una limpiecita de sable.
Dentro de la ternura que me despierta Carmen (como ya he dicho, es casi de la familia) hay algo de la actitud de todas ellas que me indigna: su desconsideración. Que piensen que para mí son más apetecibles que un capítulo de mi serie preferida. Coño, qué sois feas.

Por no hablar como publicitario que es uno, porque la cosa tiene miga.


















Para empezar, esta campaña está fatal segmentada, se están dirigiendo a mí con mensajes de feas cuando yo, desde bien pequeñito, he sido muy de guapas. 
Y ese titular: LAS FEAS NECESITAN UNA POLLA (También)
¿También qué, quién? ¿Quién más necesita una polla? Ah, claro, las guapas deben ser.
Otra cosa es mi parte favorita del anuncio, el ¿POR QUÉ?, el reason why, que decimos en el mundillo, por qué su oferta parece irrechazable. Y ahí sí que son contundentes, una vez más no se andan con preliminares y dan directamente donde más nos duele: en el bolsillo.

¿Por qué COJONES ibas a PAGAR POR SEXO?, indignados, como si el dinero fuera suyo. Incluso ponen en mayúsculas el “cojones” por si el enfado no quedaba claro.
¡CLAP, CLAP! Ovación de la grada. El público en pie. Gallina de piel, que decía Cruyff. Ahí sí que te han dado. Un argumento irrevocable.
El caso es que el roce hace el cariño, hay tantos capítulos, y algunos son tan aburridos, que al final uno acaba poniéndose sentimental y pensando si la pobre Carmen tendrá familia para pasar las navidades.