martes, 24 de diciembre de 2013

LA FRUTA ESCARCHADA ES RONALDINHO.

Algo trama para ser siempre la última.

Andaba yo pensando que la fruta escarchada es una mierda, y de repente me he acordado de Ronaldinho.

A priori la relación puede sonar disparatada, pero está más justificada. 
Cuando se está de vacaciones se tiene mucho tiempo libre, a veces más del que a uno le gustaría. Y a mí me ha dado por pensar qué cojones tramará la fruta escarchada. Por qué siempre se queda en la bandeja de los turrones la última, incluso por detrás del turrón duro y las peladillas.  Porqué no sale la primera de todas como hace el Suchard.

Estaba yo inmerso en estas reflexiones filosóficas cuando ha venido a mi mente Ronaldo de Assis Moreira, Ronaldinho Gaúcho. Esa maravilla de futbolista venida a menos que jugó en el Barça. Fue el mejor hasta que se dejó arrastrar por un bucle de mujeres guapas y fiesta, ya veis, a quién se le ocurre.

Y es que Ronaldinho, como la fruta escarchada, además de ser los dos marrones - que lo son- tenía la costumbre de quedarse el último en el autobús antes de un partido importante, y también de quedarse el último en el vestuario antes de saltar al campo. Exactamente igual que hace la fruta escarchada en la bandeja de los dulces.

Es ahí cuando de pronto han empezado a llenar mis pensamientos otro montón de hipótesis: ¿y si existió una Navidad donde la fruta escarchada fue la Ronaldinho de los dulces? La Ronaldinho bueno, me refiero, haciendo eslásticas y cabriolas sobre las papilas de toda la familia. ¿Y si hubo un día que la fruta escachada levantó los aplausos del Bernabéu de los paladares más selectos, donde abuelos y nietos pelearon por el último envoltorio multicolor de la bandeja?

O quizá no, quién sabe, quizá sea sólo que me aburro. Quizá  esta noche todo vuelva a la normalidad y sigamos peleándonos por el turrón de Suchard (que es Messi).


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