Algo trama para ser siempre la última. |
Andaba yo pensando que la fruta escarchada es una mierda, y de repente me he
acordado de Ronaldinho.
A priori la relación puede sonar disparatada, pero está más
justificada.
Cuando se está de vacaciones se tiene mucho tiempo libre, a veces
más del que a uno le gustaría. Y a mí me ha dado por pensar qué cojones tramará
la fruta escarchada. Por qué siempre se queda en la bandeja de los turrones la
última, incluso por detrás del turrón duro y las peladillas. Porqué no sale la primera de todas como hace
el Suchard.
Estaba yo inmerso en estas reflexiones filosóficas cuando ha
venido a mi mente Ronaldo de Assis
Moreira, Ronaldinho Gaúcho. Esa maravilla de futbolista venida a menos que jugó
en el Barça. Fue el mejor hasta que se dejó arrastrar por un bucle de mujeres
guapas y fiesta, ya veis, a quién se le ocurre.
Y es que
Ronaldinho, como la fruta escarchada, además de ser los dos marrones - que lo
son- tenía la costumbre de quedarse el último en el autobús antes de un partido
importante, y también de quedarse el último en el vestuario antes de saltar al
campo. Exactamente igual que hace la fruta escarchada en la bandeja de los
dulces.
Es ahí cuando de
pronto han empezado a llenar mis pensamientos otro montón de hipótesis: ¿y si
existió una Navidad donde la fruta escarchada fue la Ronaldinho de los
dulces? La Ronaldinho bueno, me refiero, haciendo eslásticas y cabriolas sobre
las papilas de toda la familia. ¿Y si hubo un día que la fruta escachada
levantó los aplausos del Bernabéu de los paladares más selectos, donde abuelos
y nietos pelearon por el último envoltorio multicolor de la bandeja?
O quizá
no, quién sabe, quizá sea sólo que me aburro. Quizá esta noche todo vuelva a la normalidad y
sigamos peleándonos por el turrón de Suchard (que es Messi).
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